LA ULTIMA AVENTURA - EL ROCIO NOCTURNO

Fue el pasado 18 de Julio , noche de luna llena, como teniamos previsto, quedamos en casa de Andres los que salimos desde Camas, despues en la rotonda de Bormujos nos unimos a varios mas, los que salen asiduamente con Paco Veredas, en total 19 o 20 no lo tengo todavia claro, de todas formas un excursion bastante poblada.
Tiramos por el carril de servicio de la autovia de huelva hasta la cañada real con direccion al puente romano, alli enfilamos el Camino del Rocio, primero hasta Lopa sin problemas, bueno lo unico el ritmo que se llevó " a oscuras ", se saco una media superior a cuando se hace de dia, nadie queria ser de los ultimos para no tragar polvo.
Una vez que entramos en los pinares empezo la aventura como dijo Antonio Maya, alli nos esperaba nuestro gran enemigo en esta excursion " la arena ". Nada mas llegar a los pinos los "monstruos " del pedal se escaparon y se perdieron en la primera encrucijada de caminos, por lo que tuvieron que hacer unos pocos kilometros extras, con el agravante de que durante esos kilometros uno de ellos, Marcial pego un "piñonate" y se fracturo la clavicula, menos mal que aunque parezca mentira, durante la noche esos parajes estan mas transitados que de dia, eso si todo el que te encuentras esta para no pasar la prueba de alcoholemia, se encontraron un land rover que lo llevo al camping de Aznalcazar, alli llamaron a la Guardia civil y éstos lo acercaron al hopital de San Juan de Dios en Bormujos, un susto que gracias a Dios no quedo en nada, bueno Marcial esta dado de baja por unos pocos meses, un saludo para él.


Como dije anteriormente, con la llegada de los pinares empezo la arena, hasta la bajada al vado del quema pasamos por unos 300 metros que nos hicieron poner pie a tierra ( bueno a arena ), alli nos encontramos a tres chavalas a caballo, eran la una de la mañana, una vez cruzada la carretera de Azanalcazar-La puebla, bajada hasta el Guadiamar, la foto es de la parada que hicimos alli, del puente a Villamanrique tambien nos cogió un trozo de arena, que nos hizo bajarnos de la bicicleta, en Villamanrique hicimos un alto para reponer fuerzas y esperar a la escapada que se perdio en los pinares.





De Villamanrique al Rocio fue la gran aventura, para unos mas y para otros menos, algunos lo tenian claro y del tiron fueron por carretera hasta la aldea, despues volvieron a Villamanrique pues alli fue donde dejaron el vehiculo para la vuelta, otros cogimos la raya chica para "probar" y de esos otros seis nos metimos de lleno en el " infierno " de arena.


Tengo que decir que las dos horas que pasamos pedaleando por la arena son las dos horas mas intensas de ciclismo que he pasado en mi vida, importante para ello, ruedas desinfladas casi al maximo, plato chico, piñon grande y pedalear, pedalear y pedalear, si te paras de dar pedales te caes, si te caes, al principio sacabamos lo pies de los pedales automaticos, al final te dejabas caer, era mas facil caerte que intentar sacar las zapatillas de los pedales, con la arena estaban imposibles, y ademas el tiempo que estabas en la arena tirado " descansas ". Para pasar la raya casi todo el camino lo hicimos pegado a la valla, donde la arena se mezcla con las hojas de los arboles y es mas tratable, eso si tienes que estar pendientes de las raices que afloran del suelo, en algunos casos fueron trialeras puras.


Como os dije antes por la noche estos parajes estan mas concurridos que de dia, a las tres de la mañana nos encontramos en plena raya unos vecinos de La Puebla con un charré y cuatro caballos que un " colocon " del quince, nos paramos y nos dieron un botellin a cada uno, primero nos confundieron con unos todoterrenos, por las luces que llevabamos, y despues nos dijeron que estabamos locos.
Se me olvidaba describiros la imagen de los veinte por esos caminos, imaginaros, veinte personas montadas en bicicleta, cada uno de ellos con dos luces minimo, cada luz de un color, luces fijas en el manillar y moviles en el casco, vamos cualquiera que no viera desde lejos, imaginaria que es un ovni volando a baja altura, de echo llegando a Villamanrique le cortamos el rollo a una pareja que habia en un coche en un camino, creo que todavia no se les ha quitado el susto de encima.
El tramo final desde Palacios al puente del Ajoli fue en verdadero calvario, arena arena y arena, a rastos montado a ratos andando, pero en general aunque se sufrio bastante, fue UNA GRAN AVENTURA, espero repetirla todos los años.
un saludo para todos.
manolo